Padre , Hijo y Espíritu Santo
Ofrezco gracias por dar a la Iglesia
el testimonio heroico
del Cardenal Francisco Javier Nguyên Van Thuân.
El sufrimiento que experimentó en la cárcel,
que se unió con el Cristo crucificado
y elogió a la protección maternal de María ,
es para la Iglesia y el mundo
un testimonio luminoso de la unidad y el perdón,
y de la justicia y la paz.
Su persona amorosa y su ministerio episcopal
irradiar la luz de la fe,
el entusiasmo de la esperanza y el calor del amor.
Ahora, mi Señor,
por su intercesión
y de acuerdo a su voluntad,
concédeme la gracia que imploro
con la esperanza de que pronto será elevado
al honor de los altares.
Amén
- Fuente:[1]